¿Cuántas veces al volver de un viaje hemos tenido la mesa llena de esas pequeñas cosas que nos hemos traído y que nos recuerdan momentos, lugares, gentes que no queremos olvidar? Y al final hemos tenido que guardar todo en una caja no sin cierta añoranza. Una solución práctica y que a la vez queda muy decorativa es utilizar un joyero como expositor. Yo he utilizado uno de madera y lo he pintado y he lijado para darle un aspecto más rústico. Me ha quedado sencillo y bonito. Lo he puesto en el cabecero me la cama pero también se puede colgar en la pared.
Ahora sólo tengo que llenarlo.
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